Un proceso psicoterapéutico es un camino que recorreremos juntos y que supone un nuevo aprendizaje sobre nosotr@s mism@s, y por tanto un crecimiento personal, que se logra gracias a varios factores que intervienen:

 

  • Un espacio seguro en el que la persona pueda expresarse libremente. Este espacio se consigue a través de la relación terapéutica que se crea, y gracias a la escucha sin juicio en la que estamos entrenados los psicoterapeutas.
  • Entendemos que cada persona es única en su individualidad, y con su propio entorno y contexto, por lo que cada proceso terapéutico será diferente, aunque un factor común a todas las terapias es que se fomenta la propia capacidad de autorregulación, que tod@s tenemos.
  • Se favorece la introspección, el autoconocimiento y la autoaceptación, previo compromiso que las personas han de adquirir a ser honestas consigo mismas, y a tomar las riendas de la responsabilidad que tienen sobre su propia vida.
  • El terapeuta señala y saca a la luz aquellos puntos ciegos que afectan a nuestros estados emocionales, y que provocan que se repitan pautas de comportamiento a lo largo de nuestra història y de nuestras relaciones. 
  • Se pretende lograr, gracias a la toma de conciencia, un cambio de perspectiva, y por tanto, de actitud frente a la vida, hacia uno mismo, y hacia los demás.
  • Se fomenta el cambio de necesitar el apoyo externo, a conseguir el auto-apoyo.

 

Trabajamos desde diferentes abordajes psicoterapéuticos, que nos ayudan a personalizar el tratamiento psicológico más adecuado para cada dificultad o problemática existente; desde el acompañamiento emocional y crecimiento personal con el abordaje de la Terapia Gestalt, hasta el tratamiento de traumas y patologías más específicas como la ansiedad, depresión y fobias, entre otros, desde la Terapia EMDR.